En la industria publicitaria, la palabra "PITCH" tiene el poder de poner a temblar a todos los involucrados. Para los anunciantes, es el reto de encontrar un socio estratégico en medio de incertidumbre; para las agencias, es la oportunidad de conquistar un nuevo cliente, aunque conlleva el riesgo de invertir horas de trabajo que podrían no ser recompensadas. Y para la agencia incumbente, es el temor a perder un negocio clave.